Denuncian que Cristina Kirchner es la “socia oculta” de una empresa que digitaliza documentos públicos
La exdiputada Margarita Stolbizer y la abogada Silvina Martínez presentarán esta semana una nueva denuncia contra la expresidenta por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
La exdiputada Margarita Stolbizer y la abogada Silvina Martínez presentarán esta semana una nueva denuncia contra la expresidenta Cristina Kirchner, a quien se acusa de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero en complicidad con dos personas de su entorno, Osvaldo Jose Sanfelice y Marta Leiva. Según el texto de la denuncia al que accedió PERFIL, Sanfelice y Leiva son definidos como “socios ocultos” de una empresa que se dedica a digitalizar documentos públicos. “Osvaldo Sanfelice es un verdadero amigo”, comienza el texto que será presentado a la Justicia esta semana. “Un perro fiel de la familia Kirchner, aún después de muerto Néstor. Leal siempre, en las buenas y en las malas. El vínculo es firme, permanente, indisoluble. Gracias a ello pudo construir una verdadera fortuna, solo con apariencia de propia. Difícil establecer cuánto de ella le pertenece en exclusiva, y cuánto en realidad a sus amigos”. Sanfelice además se encuentra procesado y en juicio (TOF 5) en el marco de la causa N° 3732/16 y 11352/2014 por maniobras de lavado de dinero similares a las que aquí se investigan, recuerdan las denunciantes. "En dicha causa, se probó que desde 2006 hasta 2016 funciono una estructura asociativa permanente conformada por Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Máximo Kirchner, Victor Manzanares, Osvaldo Sanfelice, Carlos Sancho y Jorge Ludueña y a la que luego se sumaron Lázaro Báez, Cristóbal López, Fabian de Souza, Florencia Kirchner y Romina Mercado, entre otros". Según las denunciantes, su esposa, Marta Leiva, también presenta un perfil de testaferro: “No registra impuestos activos ni actividades económicas, aunque se desempeña como empleada de la empresa que en apariencia le pertenece. Y ninguno de ellos puede acreditar su solvencia económica o idoneidad para las operaciones que registraron”.
“Es fácil encontrar por detrás de estas características las que corresponden a los sobreabundantes prestanombres de los Kirchner”, explica el texto. “Poco conocidos, sin actividades públicas, pese a haber estado muy cerca del poder y de quienes lo ejercieron, sin cargo público y con una vida personal dedicada a los negocios particulares, manejo de dinero y propiedades, inversiones de distinto tipo entre las que se encuentran, incluso, algunas relacionadas con la actividad hotelera”. Según las denunciantes, Sanfelice es “titular de varias empresas utilizadas para hacer negocios y facturar millones de pesos a diferentes personas y sociedades ligadas con la adjudicación de obra pública en la Provincia de Santa Cruz, pero no solo en ella”. “Esas empresas han resultado una pantalla perfecta para el entrecruzamiento de vínculos entre las personas allegadas a la familia Kirchner (y sus miembros)”. Las empresas sirvieron “como cortina para la realización de transferencias millonarias, que, en casi todos los casos, terminaron engrosando el patrimonio familiar”. “Aunque en otros casos, directamente desaparecieron. Como si se hubieran esfumado o las hubiera tragado la tierra. O como si alguna otra mano los hubiera trasplantado afuera de la Argentina”, abunda el texto.
Stolbizer y Martínez, socias fundadoras de la organización ‘Bajo la lupa’, definen la relación entre los Kirchner y Sanfelice como una “aceitada y férrea amistad”. “Se podría decir que las gestiones han sido eficaces, sin traiciones y que la intermediación de Sanfelice, ya sea a través de la administración y gestión de propiedades, o, como suponemos, como comprador por y para otro, o incluso poniéndose a sí mismo como titular de bienes, lo que ha hecho ha sido ocultar un capital importante que no le pertenecía”, agregan en el texto. Las denunciantes explican que Sanfelice actúo en “operaciones de compra-venta de propiedades y de adquisición de participaciones societarias de empresas” en su papel de testaferro durante la presidencia de Néstor Kirchner. Según el texto, en 2008 el expresidente “tomó la decisión de adquirir propiedades, terrenos y hoteles, advirtiendo desde entonces que serían útiles para encubrir o disfrazar otras operaciones”. “Claramente, desde la puesta en marcha de ese operativo y entramado de relaciones societarias y compraventas, la intención era cometer delitos y blanquear otros precedentes por los que iba obteniendo dinero de origen ilegal”, abundan.